28 octubre 2013

La Tarjeta


Esta vez no será en rima lo que cuente. Aunque me vea tentada. No. Solamente narraré de manera concreta  un hecho de la vida real. Que dice así:


Sucedió hace más o menos 13 años atrás y sí mi habilidad para el cálculo no falla yo tenía 12 . Año 2000: los 4 suyos, la renuncia por fax, elecciones generales, la unificación de las Coreas, año del Jubileo para la condonación de la deuda externa,  el juicio a Pinochet, Manchester campeón de la liga inglesa, los lentes de año nuevo con el número 2000, Britney cantando por primera vez Oops I did it again.

En ese entonces éramos mi cabello inmenso y yo Así : dos entes separados. Yo con mi vida, mi cabello con su vida, yo con mi personalidad y mi cabello con su personalidad, cada uno por su lado sin tener la más mínima intención de establecer un acuerdo. Pero algo muy cierto y que nadie puede negar es que cuando una está enamorada  hace las paces con su cabello, una paz tensa pero hace la paces finalmente. Por eso fui a la tienda y compré todo lo que pudiese  asegurar una armoniosa convivencia con él. 

Y desarrollando esa actividad nos encontrábamos  mi cabello y yo, porque ese día iba a encontrarme con el chico que me gustaba porque era su cumpleaños, así que una vez finalizada la compra de las mil ciento cuarenta  cremas para el cabello me dirigí  con paso seguro a Bazar Patty. Paréntesis, en Ilo y específicamente en el año 2000, Bazar Patty era el lugar más lindo y con los mejores regalos, todo era muy bonito. Y todo era muy caro, excesivamente caro ahora que recuerdo bien.

Volviendo al tema. Paso seguro, cremas en mano, Bazar Patty, buscando la tarjeta de cumpleaños. Una tarjeta bonita, pero no cursi, inteligente, alegre, dinámica, sincera, una tarjeta, una que expresara lo mucho que estimaba su amistad ¿no? Qué opinas "Gaby del pasado" a ver cuéntanos exactamente ¿qué pretendías? Porque sabemos de muy buenas fuentes que hasta ese momento tu amigo no sabía que iba a ser visitado y esto no está confirmado pero hay quienes dicen que en general no estaba muy al tanto de nada, que era más o menos tu platónico. Según mi diario, compré una tarjeta con  un "buen" chiste de arqueología.

Compras realizadas, todo listo. Faltaba llegar a la casa, bañarse y cambiarse. La ropa estaba elegida y planchada hace días, varios días. Repito el amigo no sabía lo que yo estaba haciendo, tal vez estaba de viaje, de pronto estaba organizando un tonazo o quizás  no era su cumpleaños, y como saberlo si no había facebook ni nada de esas cosas. Pero estamos hablando de algo que sucedió hace 13 años, no nos hagamos problemas y aceptémoslo con naturalidad.

Me miré al espejo, mis zapatos eran bonitos, bien bonitos, mi jean talla 26 con ayuda del sastre, mi polo talla 14 y mis cabellos haciendo su mayor esfuerzo por ser, literalmente, buena onda. Look aprobado. Me sentía toda una mujer grande haciendo lo que le dicta el corazón. Y con esa gallardía quijotesca que caracteriza a todo enamorado, caminé y caminé y continué caminando hacia el cuarto de mi mamá para pedirle que me lleve a la casa de mi amiga. Mi mamá me llevó, a mi , a mi cabello y a los 2 kilos de crema para peinar que tenía en la cabeza rumbo a la casa de mi amiga, vecina de mi “amigo” 

 Ding dong ding dong. Hola, mira esta es la tarjeta que le compré ¿qué te parece, está bien? Como que no te gusta, la  he comprado en Bazar Patty.  Exageras tampoco es tan malo que una chica vaya a buscar a un chico a su casa para darle una tarjeta por su cumpleaños. No, no le he avisado porque quiero que sea sorpresa. Somos amigos y  hemos conversado todo el verano y luego de conversar en mi casa conversábamos por teléfono, como dos horas cada día. Además tenemos todo-todo en común, a los dos nos gusta Jamiroquai ¿Me entiendes? Ya, voy a ir y deséame  suerte. Y no me mires con esa cara que me pones más nerviosa.

Esa conversación duró varios minutos. Va-rios... minutos dado que los sermones de mi amiga eran conocidos por ser extensos y persuasivos. Pero yo fiel a mis convicciones no hice caso y emprendí la marcha. Sin embargo en honor a la verdad debo confesar que estando en camino surtió efecto el lavado de cerebro y regresé arrepentida, mi amiga que hasta ese entonces se perfilaba como hermanita de alguna congregación, celebró mi retorno con mucha algarabía pero recuperé la insensatez en cuestión de segundos . Fue así que la aparté de mi camino con todas mis fuerzas  y con  tarjeta en mano, crema en pelo, totalmente nerviosa pero decidida me dirigí a la casa de mi amado para enfrentar el destino. 

Y ... es raro pero no sé qué pasó. No recuerdo si él no estaba y  dejé la tarjeta con su hermana, no recuerdo si se la di personalmente y me fui corriendo. Soy totalmente sincera, barajo esas dos posibilidades o más , porque por algún motivo mi memoria no lo registró. Lo que si recuerdo es que no fue algo exitoso, no me dijo que el chiste de los arqueólogos le pareció lo mejor de este mundo y fuimos felices por siempre. No, nada de eso pasó. Las cosas no salieron como esperaba, de eso estoy segura. Es más creo que incluso salieron peor de lo que recuerdo. Y aquí tenemos dos caminos, podemos dignosticarme como una evasiva y fin del post o podemos analizar  las maneras tan curiosas que tenemos de recordar nuestras vivencias, como nos enfocamos más en todo lo que hicimos para tratar de conseguir algo, olvidando si fue obtenido o no.

Yo recuerdo todos los preparativos previos, mi ropa, mis manos sudando, el sobre, mi letra, esa imagen de mi misma en el espejo sintiéndome linda, mi cara de felicidad mientras me ponía los aretes,  la cara de susto de mi amiga mientras le contaba el plan, recuerdo mi emoción cuando subía sus gradas, recuerdo haber dudado de absolutamente todo y haber cuestionado mi cordura cada dos pasos y también recuerdo haber regresado a la casa de mi amiga portando una sensación de victoria que no supe explicarle muy bien en ese momento pero que ahora, después de 13 años entiendo un poco mejor.

Los grandes momentos de la vida, no son grandes por haber ganado aquello que uno anhela. Creo que los grandes momentos de la vida, son grandes por todo el esfuerzo que hubo detrás de ese instante, de ese pequeño y glorioso instante, tan pequeño que a veces sólo lo podemos verlo nosotros, pero es justamente por eso que nos pertenecen.  Son grandes porque ya no vuelves a ser el mismo luego de vivirlos y aprendes que las cosas hay que hacerlas hoy cuando nacen del corazón, porque es casi un deber tener  algo contar y es un derecho fundamental tener buenos recuerdos,  sino ¿ de qué nos reiremos mañana?  ¿de qué hablarán en nuestro funeral?. Después de tantas cremas para peinar opino que en esta vida y en la otra no habrá nada más bonito que sonreír con satisfacción teniendo la certeza de haber hecho lo que uno quería hacer, lo que nos dio la gana de hacer sin pensar en ganar, sin pensar en perder, más bien pensando en vivir, en vivir para dar felicidad a uno mismo y a los demás, pensando en vivir para construir tu historia y  poderla contar.


PD: Hoy es cumpleaños de mi mejor amigo, acabo de saludarlo por inbox y estoy esperando que responda la siguiente pregunta ¿Recuerdas que pasó cuando te llevé la tarjeta de los arqueólogos?

.

23 octubre 2013

---------Las 25 líneas de mi madre------



Sé que cuando tenías 4 años tu papá te pidió,  a cambio de un beso,  
que devuelvas el dinero que sacaste de la maleta del albañil
Sé que accediste y te fuiste feliz porque te pareció un buen precio

Sé que tus ojos eran  bonitos, grandes y brillantes
sé que lloraron mucho al perder el  lapicero  de oro
que regresaste una y otra vez  tratando de encontrarlo.

Sé que a menudo vuelves a buscarlo 
que regresas en tus pasos 
porque guardas la sensación de haber perdido algo.

Sé que tenías el mejor ponderado ,
Que te fuiste, que volviste, que pasó algo inesperado,
y te casaste, sé que no sabes porqué lo hiciste.

 Sé que tuviste 3 hijos,que usabas faldas, 
que cocinabas, horneabas y  no descansabas ni un segundo
que postergaste sueños que te nacían del alma.

Sé que un día usaste por fin tu magia,
 que convertiste en pantalones las faldas
que enseñaste  a leer a otras mujeres y empezaste a cambiar el mundo.

Sé que con tu primer  sueldo compraste una cama,
una muy grande, a la cual el Don no podía entrar, 
pero sé que de alguna forma  lo hizo porque nacieron dos hijas más.

Sé que nos conocimos de una manera extraña,
que digamos, no estaba muy planificada y lo escribo sabiendo que lo negarás
pero debes comprender que a mi eso no me molesta 
y que más bien agradezco la casualidad.


Mamá sé que apenas puedo escribir 25 líneas sobre ti pero cada vez que miro tus zapatos, que jamás volvieron a ser tacos, y tus pantalones que no regresaron a faldas, tus ojos bonitos y brillantes como el lapicero, tu cabello  que antes era negro y  ahora se va poniendo gris, cuando siento tus manos esas que enseñaron a muchas mujeres a leer y a escribir, cuando escucho tus pasos que no se detienen ni se detuvieron es cuando me sano y me curo, es cuando redescubro  porqué estoy aquí.